Nuestros Viajes

Koh Lanta

Dada la fecha en la que estábamos, debíamos ir bajando poco a poco al sur para ir encaminándonos hacia Bali, pero queríamos ver antes otra isla de Tailandia, Koh Lipe. Conocida por sus puestas de sol, sus aguas y su tranquilidad. Para bajar hasta allí teníamos varias opciones de ruta y nos decantamos por bajar en barco hasta Koh Lanta, una isla mucho más grande y en la que sólo pasaríamos una noche, como escala para ir a Koh Lipe.

Al subir al barco que salía de Phi Phi nos “abordó” un chico vendiéndonos alojamiento en Lanta. El precio no estaba mal y las fotos de los bungalows tampoco, no obstante decidimos pensarlo un rato. Durante este tiempo se nos acercó otro hombre que nos quería enseñar otro alojamiento. Al vernos en la mano el panfleto del primero, nos dijo que no era un buen sitio, “…it´s very nice in the picture…”, decía. No le hicimos caso pues siempre pasaba lo mismo. Te decían eso como triquiñuela para vendernos lo suyo. Nos quedamos con el primero y le pagamos por adelantado, él venía con nosotros en el barco.

Una vez en el puerto de entrada nos acompañó hasta un taxi (un pick up 4X4 en el que, como siempre, íbamos detrás) y llegamos a los bungalows en quince minutos.

Todo tenía muy buena pinta, la recepción, los caminillos hasta las habitaciones con mucho verde, la decoración etc… pero no se veía a simple vista nuestro bungalow. Cogimos la llave y tiramos por uno de esos caminillos hasta girar una esquina y, maldita sea, el de la competencia tenía razón, las fotos son muy bonitas. Por una vez que no hacemos caso… pero bueno, ya habíamos pagado y tan sólo era por una noche. La cabaña estaba “destrozada” los escalones para subir a la terracita eran dos “mierdatroncos” clavados a otros dos de esos y cada vez que subía o bajaba (y más con el peso de la mochila) se doblaban bajo mis pies y crujían. La puerta, como el resto de la cabaña, era de bambú pero un tanto podrido. La seguridad de estos sitios siempre es nula, pero aquí, a parte de tener un candado como el tapón de una botella de agua, las bisagras o anclajes los habían puesto hacia fuera, es decir que si alguien quería entrar no hacía falta ni que le pegara una patada a la puerta, con un destornillador era más que suficiente. Dentro, la cosa mejoraba… en la dirección contraria. En aquella estancia había una cama a la izquierda y un par de sillas a la derecha en frente de un cuarto de baño de hormigón con mucha ventilación. La cama estaba debajo de una mosquitera cuadrada que tenía la misma longitud. Dicha mosquitera tenía unos cuantos agujeros por donde cabía hasta una pelota de golf, sobre la parte superior encontramos unas cosas negras pequeñas y alargadas que tenían aspecto duro que no supimos identificar.

Sacudí un poco la mosquitera y comprobé que esas cosas no caían a la cama, así que no le di mucha importancia. El colchón era una risa, era el típico que está hundido por el centro y en el que por mucho que nos quedásemos cada uno en un lado al rato nos íbamos escurriendo hasta acabar pegados, sudando y hundidos. Lo último en describir es el suelo, de madera de balsa con un agujero por donde cabía un pie con facilidad y por el cual había que andar con cuidado para que no se hundiese.

En resumidas cuentas podíamos haber rodado una peli: “Esta choza es una ruina”.

Dejamos todo como pudimos y fuimos a comer algo al restaurante , pero al salir nos llegó un olor a mierda que pensábamos que venía del baño. De un baño si era, el de enfrente. No sabemos por qué pero la fosa séptica del bungalow de ladrillo que teníamos en frente (más caro que el nuestro) estaba abierta aromatizando toda la zona. Entre la arena removida que rodeaba la fosa, Tania se encontró con un montón de bichos muertos, cucarachas, gusanos gordos de esos típicos que el “Último Superviviente” se come con cara de asco y hasta un sapo. Es más, nos pareció ver un abejorro volando que cuando pasó por encima de la fosa cayó muerto en el acto…

El restaurante del complejo estaba muy bien decorado, al lado de una playa extensa y calurosa donde comimos un buenísimo arroz con piña… y en piña, vamos, que el plato era una piña enorme con el arroz dentro y por supuesto también cayeron un par de zumos de frutas.

Mientras disfrutábamos de tan exquisito manjar, divisamos entre los matorrales de enfrente del comedor una piscina. ¡Vaya por Dios! Se podían haber ahorrado la piscina y arreglar los bungalows. Pero bueno, después de pasear por la playa, coger conchas, flipar con el agua tan caliente (hasta para Tania) y ver un par de tiarrones retozándose en el agua y en la arena, nos dimos un baño en la clorosa piscina hasta que un viento fuerte nos presagió el principio de una tormenta.

El cielo se oscureció, las nubes grises se tornaron negras y, mirando el techo de nuestra choza pensamos que tendríamos que dormir con el chubasquero pues no había posibilidad alguna de cambiarnos de cabaña.

La tormenta, gracias a Dios, no fueron más que cuatro gotas que dieron paso a una tormenta eléctrica que intenté retratar pero que no hubo suerte de cazar ningún rayo.

Saliendo a comprar agua descubrimos una bebida que no sabíamos que existiera “Fanta Verde” o de frutas y que por supuesto, probamos al igual que la “Fanta Rosa” que encontramos en Bangkok y que no mencioné en su momento. A mí me pareció que estaban buenísimas, ambas, pero a Tania le parecieron una guarrada.

Llegó la noche, las chicharras dejaron de cantar y los gatos empezaban mantener relaciones bajo la cabaña de al lado. Los mosquitos intentaban invadir nuestra casa, pero una previa espiral anti-cabroncetes puesta en un lugar estratégico ayudó a que esto no sucediera. Nos preparamos para ir a dormir, tranquilos, pues los mosquitos no iban a molestarnos. Pero empezaron a aparecer otros bichos, cucarachas, arañas… La noche se presentaba interesante, pero tras matar o echar por el agujero del suelo a los no bien recibidos invitados vino algo nuevo. Tania estaba ya tumbada mientras yo ultimaba las trampas para insectos cuando una exclamación de ella me puso en alerta. Una rata del tamaño de un antebrazo corría por los bambús que formaban nuestro techo. A mi especialmente las ratas no me dan tanto asco como otro tipo de bicho, pero el que una anduviera campando a sus anchas por donde íbamos a dormir no me hacía mucha gracia y encima ahora caímos en que las cosas esas negras sobre la mosquitera eran moñigos de rata. Realmente no sabíamos qué podíamos hacer para echarla, de forma que nos quedamos expectantes dentro de la mosquitera y si la veíamos pues tratar de espantarla. Tania quedose frita en cinco minutos, yo aguanté más… seis. Lo malo era que estaba con el sueño ligero, por lo que a cada ruido me despertaba con la linterna en la mano y buscaba a ver si la veía. Hubo veces que la sentí cerca pero vete tú a saber por donde andaba.

A la mañana siguiente cogimos el barco dirección Koh Lipe y así dejamos atrás este largo día en Koh Lanta que nos dejo el recuerdo para siempre de haber dormido con una rata en una cabaña desastrosa.

8 comentarios

  1. gloria

    nada ni lo lei pero es que tengo algo importante que decir, muy importante…FELIZ CUMPLEAÑOS!!! hacen tartas en la india? comprate la que te guste y mandame el tiquet que yo pago…jejejee no se una tarta de tortilla española o paella con pepitas de chocolate…
    tirones de orejas viejo

  2. Marta, Adri y Borja

    Cumpleaños feeeeliiiz! Cumpleaños feeeliiz! Te deseeeaaamos Hanson! Cumpleaños feeeeliiiz!!
    Muchos besos para los 2 pero hoy más para ti.
    Quiero comentar cositas pero con el movil me pongo nerviosa,mañana más, a ver si pillo wifi

  3. Franinnn

    tio muxisimas felicidades! Un poco tarde pero es q estas muy lejos jajajaja
    Ya me e leido los q m faltaban, loko q ganas de star ayi! En serio, se m van los ojos alas playas. es lo q tu dices, como atrae tanto una playa y la arenita?
    Un abrazo enorme y sigan disfrutando muxisimo!

  4. Hans Paytubí

    Llevamos 4 días esperando una nueva miniaventura!!!!!!!
    Dadnos algo!
    Besos

    • Hans Paytubí

      JAJAJAJJA Nacho nos has puesto la cabeza loca jajaja Tania diciendo: porqué has escrito esto?, pero si yo no fui… y bla bla bla
      Eres un chondo!!!!
      MUUUAKSSS

  5. Marta y Adri

    Bueno,al final con el móvil…Por fin he visto las fotos! No se me cargaban!! Vaya sitio! Vaya habitación! Vaya formaciones rocosas!Vaya playas! Vaya fotos!
    Respecto a los carteles de evacuación, es importante la información para esos casos, la mayoría de las veces, campañas de sensibilizacion, evitan muchas muertes. En zonas volcánicas también los hay,en sudamérica o en Stromboli, donde los ví, la idea es que la gente suba hacia el volcán en vez de tirarse al agua(como hicieron) ya que ésta eleva su temperatura. En cuanquier caso la gente necesita instrucciones! El pánico no deja pensar. Se despertó el peke,luego sigo. Besos

  6. Roberto

    Todo lujos!!! Con el tema de la rata, quizás podrías haber convencido los gatos copuladores de que subiesen al tejado a por la superRata.

    Hoy me he acordado de lo que escribiste en otra entrada sobre conducir motos y me ha venido a la cabeza que Nacho y yo conocemos muy bien tu técnica de conducción tumbada extrema ultimate. Ya sabes el acelerador nunca se suelta!!!

    Por cierto, estoy seguro que el alojamiento del otro tío era mucho peor.

    • Hans Paytubí

      JAJAJAJAJA qué bueno eres Pow…siempre nos haces reír con tus comentarios.
      La conducción Xtreme Ultimate no lo hace nadie tan bien como yo jajajaja.
      MUAKS Y ABRAZOS!!!

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