Nuestros Viajes

Ubud y sur de Bali

Al llegar a Ubud de nuevo y al mismo hotel nos llevamos una pequeña sorpresa, las mochilas estaban pero no nos habían guardado la habitación como acordamos en un primer momento. No era muy tarde aunque ya fuera de noche, pero nos tocaba mucho las narices tener que buscar otro hotel. El tío que lo llevaba nos ofreció otro lugar en casa de su prima…¡vaya sitio!, realmente era la casa de su prima y se veía que acababan de desalojar la habitación para que nos metiéramos ahí pero no tragamos y nos llevaron a otra con la que nos quedamos, que no estaba mal del todo, total sólo sería esa noche. A la mañana siguiente, bastante temprano, nos levantamos y aunque el desayuno no estaba incluido como en el primer sitio nos dieron té las mujeres que vivían dos puertas a la izquierda y por lo que vimos no era la primera vez que alguien se alojaba allí aunque tampoco fuera un sitio para ese fin.

Nos fuimos a ver Uluwatu, localidad al sur de Bali en la península de Bukit muy conocida entre los surfistas por tener una de las mejores olas del mundo. Nos costó llegar y encima casi nos quedamos sin gasolina por no estar pendiente. El sitio es increíble, está en un acantilado que han preparado directamente para la práctica de este deporte y lo han “privatizado”. Llegamos al control de entrada a la playa, si, tiene un control, llevado por unos cuantos locales que se han sacado un negocio de la manga.

Aparcamos el coche en una explanada al sol y nos cobraron unas rupias para poder bajar hasta la playa y si no pagabas, te prohibían la entrada.

Empezamos a bajar unas escaleras que acababan en una especie de complejo hotelero con un montón de tiendas de surf.

Seguimos bajando hasta pasar entre unos acantilados y llegamos a una mini playa desde la que no se ve el horizonte pero desde la que se podía intuir que el mar estaba fuerte.

Subimos por otras escaleras hechas de madera de balsa que estaban preparadas para que les prestaras atención y te dieses un golpe en la cabeza al no fijarte en las rocas que estrechaban el camino. Arriba del todo nos encontramos un bar-terraza con unas vista increíbles a la ola y a todos los acantilados.

Ahí conocimos a unos vascos que habían venido a surfear ahí pero que no lo hicieron por lo grande que estaba… así que imaginaros cómo estaría de grande.

Desde arriba vimos como intentaba entrar un surfista con casco, bien hecho por su parte pues todo está sobre corales, pero sin éxito, pues la corriente le desplazó hacia la derecha sin opción a nada más.

La verdad es que el ambiente que rodeaba esa ola era de puro surf, hasta las ratas practican este deporte, pero también los típicos capullos que vienen a Uluwatu creyéndose el mismísimo Kelly Slater y que me repatean bastante.

En todos los deportes te encuentras a este tipo de gente estúpida.

Dimos una vuelta por todo el “complejo hotelero” que subía por la ladera del acantilado y disfrutamos de unas vistas muy buenas.

Cuando hubimos hecho las fotos pertinentes, entre ellas sobre una escultura de una tabla dentro de un tubo en el que me subí, nos fuimos por donde habíamos venido y se nos derritió el culo al sentarnos en el horno que teníamos por coche.

Nos dirigimos a ver otra ola que también tiene mucho nombre en esta isla (hay muchas con mucho de eso) Padang Padang, está cerquita de Uluwatu tiene una bajada a la playa muy parecida con unos escalones entre las rocas y también es impresionante.

Aunque lo realmente impresionante era ver a cerca de treinta personas tratando de coger la misma ola, pero es que la calidad de esa ola y su ubicación hacía que, aunque no hubiera mucha distancia con la anterior, fuese más surfeable.

De nuevo el calor. La una del mediodía y apenas nos quedaba agua y ganas de estar más tiempo viendo olas que no iba a surfear. Decidimos volver a Kuta. Nos quedaban tres días para devolver el coche y fuimos al mismo hotel de la primera vez. Menos mal que tenían habitaciones libres pues notamos un considerable aumento de turistas por la zona.

Nuestra estancia en Bali llegaba a su fin y no nos apetecía irnos con el resquemor que nos habíamos llevado hasta el momento. Quisimos recuperar lo bien que lo pasamos los cuatro primeros días en Kuta Beach e irnos con esa sensación, pero antes de surfear en esta playa de nuevo nos faltaba por ver un templo muy conocido en esta isla.

2 comentarios

  1. Marta y Adri

    Nos encanta el tubito que te has marcado!!
    Besetes

  2. Franinnn

    Ooooooohhhhhhhh!!!! I hate you mate! Don’t put this photos! we are jealous of everything!!
    Chacho, increible el tubo que te pegaste, con botas pa no cortarte en el coral!! jjajajajajajaj
    Un abrazo enorme!!

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