Shyam nos había invitado a cenar a su casa para despedirse de nosotros, para que probáramos la comida que preparaba su mujer y para presumir de hijo pequeño. Cosa que no me extraña porque tiene un hijo de cinco meses muy guapo y simpático, que ya habíamos conocido en la boda.
Nos vimos en la tienda a la hora del cierre y allí nos encontramos también con Franck que nos estaba esperando para decirnos cómo quedábamos para su cena de despedida dos días después. De repente de su mochila sacó un objeto algo pesado, no muy grande y envuelto en una bolsa negra que nos dio como regalo. Nos sorprendió mucho que nos regalara algo, bastante había sido invitarnos a su boda de tres días y encima nosotros no le habíamos llevado nada, sólo un pendrive con 296 fotos. Nos dijo que estaba muy contento de habernos conocido, de que hubiésemos asistido a su ceremonia nupcial y que era un regalo para demostrarnos su gratitud y para desearnos buena suerte en nuestro viaje. Al abrirlo nos encontramos con una figura de Ganesh de niño, tumbado y comiendo sus dulces, algo que habíamos estado buscando, un “Ganeshin”, como decimos nosotros. Tras agradecerle encarecidamente el regalo y tras despedirnos de él, Shyam cerró la tienda y nos dirigimos a su casa.
Se fue la luz a mitad de camino y no sabíamos muy bien por donde íbamos o cómo era el barrio, pero al doblar una esquina nos encontramos con un edificio bastante nuevo que resaltaba del resto, bastante antiguo. Tenía cuatro plantas y en las dos últimas vivía él con su familia, pero todo el edificio era suyo, con una plaza de garaje privado en la planta baja. Las dos primeras plantas las tenía alquiladas a una misma familia por unos 150 € por mes. Precio que nos pareció demasiado barato para dos pisos, pero a él le parecía mal pedir más, pues era una familia humilde y él tampoco quería hacerse rico a expensas de ellos.
Nos sentamos en el sofá tras saludar a los hijos mayores, a la mujer y al niño pequeño, al que le saqué unas cuantas fotos.
De aperitivo nos sacó una tortilla de verduras y jengibre lo suficientemente grande como para que con eso ya cenáramos los dos, pero después nos sorprendió con un buen plato de arroz, pollo con verduras (para Tania sólo verduras) y no se qué más acompañado con un vino tinto semidulce de…España.
Lo que nos sorprendió aún más que el vino, fue que sólo íbamos a cenar con Shyam, la mujer cenaba en la cocina. Insistimos en que viniera a cenar con nosotros y así lo hizo. Fue una velada muy agradable y la cena muy buena, hacía casi dos meses que no catábamos comida casera.
Sin saber muy bien porqué, la mujer nos regaló cuatro pashminas (dos para nosotros y dos para nuestras respectivas madres), los hijos me regalaron un par de comics (Superman y Batman) de su propia colección porque les había comentado que me gustaban y Shyam nos regaló (un día antes a la cena) un cuarzo enorme y un par de collares budistas (los que usan para rezar con la ya famosa frase “Om Mani Padme Hum” mientras pasan como contando las cuencas del collar). Nos sentimos mal porque nosotros no les habíamos llevado nada pero nos dijeron que éramos sus invitados y que estos no tienen porqué llevar nada, tan solo aceptar la invitación. Estuvimos pensando un rato en qué podíamos regalarles pero lo que se nos ocurrió no lo encontraríamos en Nepal si no en España. Algo que ya habían probado de otro amigo español: Jamón Serrano. De modo que cuando volvamos les enviaremos un buen cargamento de jamón, algún que otro comic y algún videojuego de la playstation uno a la que de momento no pueden jugar pues tienen exámenes pronto.
Tras la sobremesa nos volvimos a la Guest muy contentos por haber conocido a esta familia que nos hacían sentir como en casa.
El día anterior a nuestra marcha a Tailandia teníamos que volver a llenar nuestros buches en la cena de Franck.
Quedamos de nuevo en la tienda, siempre era punto de encuentro, a eso de las siete y media y nos encontramos con Nepal. Tras bromear un rato con él sobre la fiesta de la boda, nos despedimos pues él se tenía que ir a casa. Le tendí la mano cordialmente como se la había dado a Tania pero me sorprendió dándome un abrazo. Nos deseó buen viaje y que volviéramos cuanto antes, que Octubre era un buen mes para volver y que ellos nos irían a recibir al aeropuerto encantados.
Al poco llegaron en moto un par de amigos de Franck y compañía que ya conocíamos. Ellos eran los que nos llevarían hasta la casa. Nos subimos a sus motos con un rulo de cartón donde guardábamos los mandalas que habíamos comprado en la tienda y fuimos a buscar a Shyam y familia que también se venían.
Aunque pensáramos que no era lo más indicado ir en moto por las calles de Kathmandú y encima sin casco, en ningún momento sentimos peligro alguno puesto que nuestros conductores conducían con prudencia y seguridad.
El camino fue corto y la casa a la que llegamos era una especie de chalet muy bonito. Allí nos encontramos con Franck, mujer y madre más la familia dueña de la casa y otro amigo de Franck que también conocíamos de la fiesta de la boda. Resultó ser un tío muy majo que nos dio su tarjeta para que le escribiéramos un mail cuando fuésemos a ir a Bali para hablar con un hotel y que nos hiciera precio.
A Tulsa casi no la vimos pues estuvo toda la noche entrando y saliendo de la cocina, preparando y sacando comida. Empezamos a comer, pollo, pescado, snacks nepalíes picantes, cosas que no sabíamos que eran pero que igualmente comimos y unas pizzas. Después vino la comida… ¡¡Madre mía, qué digestión más difícil!!
A eso de las once de la noche nos despedimos de todos los presentes, en especial de Tulsa y Franck que tras besos y abrazos nos dijeron que ellos volverían por Nepal en Octubre, que les gustaría mucho volvernos a ver por allí y que si en algún momento pasábamos por Toulon, seríamos bien recibidos en su casa. Antes de irnos Monsieur Franck nos dijo algo que nadie nos había dicho nunca: “Por favor no perdáis vuestro acento español hablando inglés, es muy divertido”. Quién iba a decir que hablábamos con acento español. En todo caso tendríamos acento Tarzán.
Al día siguiente recogimos todo, pagamos la cuenta de la Guest dejamos en recepción una nota de despedida para Shyam, Franck y Nepal junto con ropa de invierno que el primero iba a dar a gente necesitada y un par de pen-drives con todas las fotos de recuerdo y nos fuimos al aeropuerto para ir a Bangkok. Dejábamos atrás, un país increíble, con gente increíblemente acogedora. Nos vamos mirando hacia delante, con la vista puesta en el siguiente destino porque si miramos hacia atrás nos quedaríamos un poco más.
Partimos contentos de haber visto lo visto, de haber conocido lo conocido y de haber vivido lo vivido. Sabiendo que volveremos, más tarde o más temprano y sabiendo que esta gente que llevaremos para siempre en nuestro recuerdo, nos volverán a acoger con los brazos abiertos.
No sabemos si vais a volver más delgados o más gordos porque tomais verduritas pero… las comeis a mogollón. No le digais a Marta la receta, ella ya toma bastantes y… así está de delgada.
De eso de volver en octubre por esas tierras ya hablaremos. Es muy lejos y se tarda demasiado. Ya estamos deseando que volvais. De todas formas, habeis hecho unos buenos amigos y eso es muy bueno. «amigos hasta en el infierno que uno no sabe dónde va a ir a parar».
Bueno; aquí estoy YO, ¡¡TU PADRE!!! dicho sin ánimo de ofender. Me parece que «alguien» está ejerciendo de madre lejana…. Es una estupenda experiencia, que se puede repetir. Siempre se aprende algo de cómo estamos poniendo la mirada en cosas y no en personas y se nos va la olla; vendréis con otras ideas. ¡¡PARA FOTOGRAFO YO!! Besos y muaks para ambos.
La verdad es que estamos más delgados pero la barriga no baja JAJAJAJAJA.
Mamá no te preocupes por las lejanías…ya tendrías que estar acostumbrada jajaja. Me gustaría volver pero no se que pasará a nuestra vuelta ya veremos como nos encontramos España…miedito…
Papá, tú tranquilo que siempre serás mi mentor en esto de la fotografía siempre digo que quien me descubrió este mundillo fue mi padre.
MUUUUAAAAKSSSS MILLLLLL!!!!
jo que bonito, y que suerte el conocer a tanta y tan buena gente!
Al contrario que tu padre, no tengo tan claro que lo podáis volver a repetir, por lo que disfrutadlo a tope!
Abrazos
JAJAJA NACHO!!!! jajaja ya nos parecía raro que sólo nos dijeras cosas agradables jajaja es broma me gusta tu estilo de: una de cal y otra de arena…ERES UN CRACK!!! MUUUUAKSSSS
Sí, se puede ser más pesimista que Nacho. No lo vais a poder repetir xq tu vas a coger una extraña enfermedad en el culo (producida por cenas de despedida) que no te va a dejar pasar los arcos detectores de metales de los aeropuertos.
Espero que estés guardando bien las direcciones de esta gente xq les tenemos que hacer regalos muy chulos (y útiles, así soy yo).